En su libro Psicocibernética, Maxwell Maltz nos muestra como reprogramar nuestra mente subconsciente para alcanzar nuevos niveles de éxito en nuestra vida. Y todo esto empieza con la autoimagen que cada persona tiene y lo que cree que es capaz de alcanzar.

¿Cómo te definirías a ti mismo? ¿Dirías que eres una gran atleta, un buen amigo, un excelente estudiante, un trabajador incansable o un gran esposo o padre?

¿O tu definición sería menos halagadora?

¿Te definirías como alguien egoísta, olvidadizo, perezoso, que deja las cosas para último momento, que nunca cumple lo que promete?

Es posible que hayas experimentado la frustración, fracaso y decepción creyendo que estás condenado a esa oscuridad por siempre. Y lo sientes cuando las cosas no salen como las hemos planeado. Lo sientes cuando das tu mejor esfuerzo, pero no es suficiente.

¿Cómo podemos cambiar esto?

De eso precisamente habla Psicocibernética de Maxwell Maltz. Y en este resumen veremos las ideas principales para poder implementarlas en tu vida.

¿Qué es la autoimagen?

Es la imagen que construimos sobre nosotros mismos que nos permite describir quiénes somos y lo que podemos hacer.

Imagina que eres un escritor y estás pensando en un personaje para tu próxima novela. Para trabajar con este personaje tienes que definir sus características clave. Definir si es alguien apasionado, divertido, decidido, o lo contrario, dubitativo, cauteloso, reservado. Si le gusta pasar tiempo con las personas. Si le cuesta explorar el mundo fuera de su zona de confort. O más bien, le gusta la rutina y tener todo bajo control. Si llega tarde. Si tiende a mentir para proteger los sentimientos de otros. Todo.

Un buen escritor define todas las características de este personaje para sentirlo cercano, creíble, humano. Entiende que no es perfecto, que lucha con ciertos problemas internos, que ríe y llora. Así se construye un personaje ficticio, pero esto también es algo que cada uno de nosotros hace consigo mismo.

Nuestro conjunto de creencias

Tú, yo y cada persona allá afuera construimos nuestro propio conjunto de creencias pilares, rasgos, valores y experiencias definitivas para ayudarnos a comprender quiénes somos. Pero muchas veces al hacerlo, no nos damos cuenta que pintamos una imagen demasiado negativa acerca de nosotros mismos.

Y lo hacemos cuando algún fracaso, algún error, alguna mentira se convierte en nuestra verdad – absoluta e irrefutable – que luego guía nuestras decisiones futuras y determina la altura de nuestras expectativas.

Por ejemplo, si suspendiste un examen que era muy importante terminas diciéndote que no eres un buen estudiante, que eres un completo fracaso, que eres un perdedor, un bueno para nada.

Si fuiste a una entrevista de trabajo y las cosas salieron mal, te dices que no sirves, que nunca vas a encontrar un buen trabajo, que tienes que confórmate con poco, que nada sale como quieres.

Y terminas en un callejón mental de todo o nada. O eres grandioso o eres un fracasado. O puedes o no puedes. Y mucha gente parece incapaz de procesar los tonos grises de la vida que caracterizan la mayoría de las experiencias humanas.

¿Cuántas veces te has repetido estas frases?

“Soy malo para recordar números y nombres.”

“Nunca he sido bueno para las matemáticas.”

“Es que así soy, siempre he sido así.”

En lugar de decir: “fallé”. La gente dice: “soy un fracaso”.

Y terminamos convirtiendo una experiencia, tal vez aislada, en una creencia férrea sobre nosotros mismos. Y al convertirla en una creencia tan profunda terminamos reafirmándola una y otra vez en nuestras vidas.

Reprobar un examen no te hace un perdedor. Que te vaya mal en una entrevista no te condena a la mediocridad. Sí, es decepcionante, no es lo que querías, pero eso no significa que eso eres y serás para el resto de tu vida.

En lugar de caer en la generalización sobre quiénes somos y qué podemos lograr o no, mejor reconoce que esto es simplemente un obstáculo en el camino, uno que puedes superar.

Cuando te enfocas en tus defectos

En su trabajo como cirujano plástico, Maxwell Maltz cuenta que una ocasión de un hombre fue a su consultorio ya que se sentía muy inseguro por su apariencia. Este hombre tristemente asumió que ser feo era parte de su identidad, porque no le gustaba el tamaño de sus orejas y nariz. No podía superar los sentimientos que tenía con respectos a su apariencia. Asumió que todo el mundo se enfocaba en sus defectos, cada experiencia de su vida era filtrada a través del lente de ser juzgado por ser feo.

La realidad es que nadie lo miraba así, la gente ni siquiera se había dado cuenta del tamaño de sus orejas y nariz; de hecho, eran normales, pero como este hombre esperaba que todos lo rechazarán, se portaba constantemente nervioso y de una manera desagradable. No es que la gente lo rechazará solo respondía a su comportamiento poco amable del mismo modo.

Es por esto que es necesario que reevaluemos las historias que nos estamos contando acerca de nosotros mismos, revisemos la percepción de lo que creemos posible para nosotros y reescribamos nuestra historia para alcanzar lo que nos hemos propuesto.

El poder del pensamiento negativo

Seguramente has escuchado acerca del poder del pensamiento positivo, pero ¿qué pasa con el pensamiento negativo?

La verdad es que ambos pueden cambiar tu vida si les das la libertad de hacerlo, para bien o para mal.

El pensamiento negativo es como una especie de hipnosis. Cuando hablamos de la hipnosis, nos imaginamos un acto donde un ilusionista pone en trance a varias personas y al decirles unas palabras empiezan a actuar de una forma poco común o graciosa.

Pero la realidad es que todos estamos hipnotizados de una forma u otra. Estamos condicionados a pensar y actuar de cierta manera. Muchas veces porque el entorno nos ha dicho que pensemos y actuemos de esa forma, y nosotros terminamos aceptándolo.

Cómo surgen tus creencias negativas

Pero tus creencias negativas no son el resultado de hechos o experiencias, sino de las conclusiones que tú sacas de esos hechos y de esas experiencias.

El Dr. Maltz nos habla de un amigo cercano que tenía llamado Alfred Adler, que en su época de estudiante se consideraba a sí mismo como un fracaso para las matemáticas. Sus profesores se lo repetían. Él lo sentía así. Las matemáticas no eran lo suyo y nunca lo serían. Se sentía tonto cada vez que intentaba resolver un problema matemático sin poder entenderlo.

Pero, como ya lo habrás adivinado, esta era tan solo una de esas mentiras que nos decimos a nosotros mismos, una evaluación negativa que Adler asoció como su identidad.

Un día se sorprendió cuando entendió un problema de matemáticas bastante complicado. Quedó atónito, asumió que estaba entendiendo mal, lo resolvió y su maestro confirmó que lo había hecho correctamente. Esto le ayudó a comprender que el problema no era él, no es que era tonto o incapaz de entender las matemáticas, simplemente no le habían enseñado el camino correcto ni la habían dado las herramientas adecuadas para aprender, crecer y fortalecer su capacidad para los números.

Esto es lo mismo que nos sucede cuando creemos que tenemos mala suerte con el dinero, que no tenemos lo que se necesita para un área profesional o no somos dignos de ser amados.

Cuando reconocemos estas creencias negativas por las mentiras que son y que nos hemos y han contado por tanto tiempo, empezamos a liberarnos de esas cadenas.

Cómo superar el pensamiento negativo

El autor nos dice que podemos superar este pensamiento negativo con el poder del pensamiento racional.

El primer paso es reconocer que lo crees de ti mismo es un sentimiento en lugar de un hecho. Un hecho es que fallarás en un examen, que te fuera mal en una entrevista, que invitaste a salir a quien te gustaba y te rechazó.

Y te sientes triste o decepcionado o frustrado, pero no te quedas allí, concluyes que no eres bueno, que nada sale como quieres, que nadie te quiere. Y continúas diciéndote: “soy un fracasado, soy un imbécil, soy feo, no merezco nada”.

Todo lo que te dices son sentimientos, no hechos. Si dejas que tus sentimientos te digan quién eres o qué puedes hacer, estos impregnan tu autoimagen, se vuelven parte de tu identidad.

Pero si los ves como son en realidad, una reacción emocional a lo que sucedió, te das cuenta que es una sensación fugaz y que poco o nada tienen que ver contigo.

¿Qué es la Psicocibernética?

Ahora que ya hemos explorado los principios fundamentales de la autoimagen y cómo funciona, demos un pequeño paso atrás.

La Psicocibernética es esta teoría que plantea Maxwell Maltz, en la que conceptualiza que el cerebro humano es como una especie de computadora y la autoimagen es el software que se ejecuta en él.

El nombre de Psicocibernética proviene de psico de psicología o el estudio de la mente humana y cibernética, el estudio de las máquinas y cómo funcionan.

Maltz nos plantea que, si podemos programarnos para sentirnos unos fracasados o perdedores, también podemos programarnos para hacer las cosas correctas, potenciar nuestra autoimagen y crear una vida mejor y más feliz.

Tomemos por ejemplo este concepto de ser felices. Porque si una cosa es universal en los seres humanos es que queremos ser felices, pero al igual que tenemos una autoimagen deficiente sobre nosotros mismos, también sacamos conclusiones inexactas sobre la felicidad.

La Psicocibernética y la felicidad

A menudo, asumimos que la felicidad es un estado del ser, una especie de esperanza futura, un estado en el que ya nunca más no sentiremos tristes o que es provocada por un evento determinado: cuando consigamos un aumento en el salario seremos felices, cuando nos casemos seremos felices, cuando tengamos hijos, ahora sí, seremos felices. Por lo tanto, las personas terminan creyendo que, si tienen más dinero o un mejor cuerpo o más bienes materiales o mejores vacaciones, ahora si serán felices. A lo mucho estos eventos nos brindarán un momento fugaz de placer o satisfacción. Pero no pueden hacernos felices.

Las circunstancias no son más que ciclos temporales que están llenos de placer y dolor. Y si tratamos de confiar en ellos para tener estabilidad emocional simplemente entraremos en un bucle sin sentido persiguiendo una experiencia tras otra, con la esperanza de que el vacío en nuestro interior sea llenado alguna vez.

La felicidad no es la ausencia total y para siempre de la tristeza, ni tampoco debemos esforzarnos paranoicamente para ser felices todo el tiempo. Es irreal. Lo que nos queda es reconocer la felicidad como una elección. Si bien no podemos controlar lo que sucede allá afuera, si podemos controlar cómo respondemos ante lo que sucede y podemos elegir sentirnos felices mientras extraemos lo mejor de cada situación.

¿Existe alguna clave para el éxito?

Esta es una pregunta que ha cruzado por nuestra mente en un momento u otro. Ya sea que busquemos tener éxito en una relación o en nuestras carreras, todo queremos saber si existe un secreto del éxito.

Y la verdad es que algunas personas asumen que hay quienes conocen este secreto y otras no, de la misma forma en la que se asume que hay personas talentosas y otras que no, que hay personas más afortunadas y con más probabilidades de obtener lo que quieren y otras que solo tienen que conformarse con lo que les llegue.

Maxwell Maltz nos invita a recordar que el éxito no es una fuerza mágica arbitraria que solo visita a algunos. En cambio, nos dice que el éxito es una fuente potencial que vive dentro nosotros y que solo necesitamos saber acceder a ella.

Para esto, Maltz a través de un acrónimo, nos recuerda las claves del éxito que permitirán a cualquier prosperar en la vida. Y este acrónimo es la palabra SUCCESS, éxito en inglés.

Sentido de dirección

La primera S significa sense o direction, sentido de dirección.

Un sentido de dirección es importante porque, como seres humanos, necesitamos un propósito para poder prosperar. Sin una meta que perseguir no tambaleamos por la vida, nos distraemos y nos perdemos.

Así que, como primer paso, busca un sentido de dirección, un propósito que guie tu vida, una meta a la cual aspirar.

Comprender

La U representa understand, comprender.

La comprensión es crucial para el éxito de una persona porque sin ella no puede establecer conexiones con los demás. La comprensión te permite empatizar con otros y ver sus puntos de vista, lo que te ayuda a ser un mejor comunicador, un mejor socio, un mejor empleado o un mejor empleador e incluso un mejor amigo y pareja.

La comprensión también puede proporcionarte mayor claridad y tranquilidad, porque los malentendidos suelen ser la raíz de mucho estrés y ansiedad. Ya sea porque no comprendemos el problema o porque asumimos lo peor.

Coraje

La C significa courage, coraje.

Si quieres tener éxito en cualquier área de la vida, necesitas coraje. Coraje para tomar decisiones audaces. Coraje para probar nuevas cosas. Coraje para no detener y seguir adelante.

Caridad

La segunda C es por charity, caridad.

Recuerda ser caritativo con tus semejantes. Pero la caridad no siempre significa ayuda económica. Puedes ser caritativo al ser amable, al ofrecer ayuda, al prestar un oído amigable a quien necesita desahogarse.

Estima

La E es por esteem, estima.

Como ya lo hemos hablado a lo largo del video, la autoestima es un pilar fundamental de la historia que te cuentas a ti mismo y que refuerza tu autoimagen. Así que presta atención a tu autoestima y concéntrate en desarrollar una narrativa que te diga a ti mismo que si eres capaz de lograrlo.

Autoconfianza

La penúltima S es por self-confidence, autoconfianza.

Similar a la autoestima, la confianza en uno mismo tiene que ver con la historia que te cuentas. Y contrario a lo que muchos creen la confianza no se basa en un historial de tus éxitos pasados, más bien es un entendimiento de que tienes el poder para triunfar, que confías en ti y en tu potencial para lograrlo.

Autoaceptación

Y la última S es para self-acceptance, autoaceptación.

Muchas personas luchan por aceptarse, porque una cosa es aceptar que tienes debilidades y que puedes cambiarlas por fortalezas y otra es conformarte y nunca querer cambiar.

La autoaceptación es dejar que querer ser perfecto y entender que puedes mejorar todos los días. Es reconocer que todos tenemos defectos y que si aplicamos las 7 prácticas de las cuales hemos hablado aquí estaremos en mejores condiciones de enfrentar el mundo y sus adversidades y finalmente triunfar.

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