En su libro El factor X: el poder de la acción enfocada, Camilo Cruz nos muestra por qué para alcanzar el éxito no basta con soñar, desear o colmar nuestro tiempo de actividades.

El secreto del éxito no está en cuántas actividades seamos capaces de realizar en nuestro día, ni en cuánto seamos capaces de soñar, sino en cómo traducimos nuestros deseos en acciones y cómo las enfocamos hacia nuestra misión personal.

¿Estás haciendo lo que en verdad te gusta y que te acerca a tus metas?

Si tu respuesta es afirmativa es un gusto felicitarte porque eres una persona de éxito que está logrando lo que quiere. Si por el contrario tu respuesta es negativa, indica que no has utilizado el ingrediente especial del éxito: la acción enfocada.

El factor X consiste en enfocar nuestras acciones y esfuerzo en metas claras y definidas que queremos, trabajando día a día por ellas hasta alcanzarlas. Para entender el poder la acción enfocada necesitamos aprender de la siguiente historia.

El factor X: una historia acerca de la acción enfocada

La historia habla de un joven a quien se le había encomendado la tarea de romper una gigantesca roca que estorbaba en un camino que se pensaba construir. Todos habían rechazado aquel trabajo, debido al descomunal tamaño de aquella piedra y a lo tediosa que prometía ser la tarea.

El primer día, el joven estudió la inmensa roca, buscando identificar su punto más débil. El muchacho tomó un tizón marco una “X” en uno de los lados de la roca y se dispuso a comenzar la tarea.

Día tras día, el joven venía con un mazo y le propinaba cientos de golpes a la gigantesca roca, asegurándose de concentrar todo su esfuerzo en el punto que había marcado.

Y pese a que nada parecía estar sucediendo, ni se advertía progreso, su voluntad nunca desfalleció. Su insistencia llamó la atención de varios curiosos que se reunían para ver al terco que estaba haciendo algo imposible.

Un mañana como de costumbre, el joven llegó temprano a su trabajo, tomó el mazo y después del primer golpe, sorprendentemente la roca se partió en dos ante la atónita mirada de todos.

Esto es la acción enfocada y a través de los capítulos que encontrarás en El factor X: el poder de la acción enfocada,aprenderás a utilizarla a tu favor para lograr tus metas y superar esos enormes retos de tu vida en forma de rocas.

Dónde marcar tu “X”

El factor X es la facultad que debemos desarrollar para saber hacia dónde dirigirnos y encaminar los esfuerzos en ese destino. Las personas de éxito enfocan sus acciones para alcanzar sus metas y dejar por fuera todo lo que los aleja de ellas.

Marcar la “X” es tomar una decisión, una que te conducirá hacia una visión o misión personal, una dirección donde pondrás tu mayor esfuerzo. Las metas que queremos alcanzar solo se hace posible a través de la acción, pero no cualquier acción, sino la acción enfocada.

El gran poder de la acción enfocada es consecuencia de saber dónde marcar la “X” en cada área de tu vida. Solo entonces podrás enfocar todo tu esfuerzo en llevar a cabo aquellas cosas que traerán mayor éxito y satisfacción en tu vida.

El tiempo y la acción enfocada

El tiempo y la acción enfocada tienen una relación importante en la consecución de nuestras metas. La acción enfocada, marcar esa “X”, tiene un gran poder cuando sabemos administrar con efectividad el recurso más importante que tenemos a nuestra disposición: el tiempo.

¿Cómo logramos esto?

Simplificando nuestro día, delegando o eliminando actividades de baja prioridad. Identificando nuestros talentos y fortalezas, desarrollándolos y asegurándonos que estamos haciendo el mejor uso de ellos.

Tanto el triunfador como el fracasado cuentan con 24 horas en sus días y la mayor diferencia entre ellos radica en la manera en que administran y emplean su tiempo.

El secreto del éxito consiste en enfocar nuestras acciones y esfuerzo en metas claras y definidas que queremos, trabajando día a día por ellas hasta alcanzarlas.

Tu obra maestra

El factor X implica asegurarnos de utilizar nuestro tiempo, capacidades y habilidades para ser felices y exitosos, asegurarnos que estamos trabajando en materializar nuestros sueños y vivir nuestras vidas de acuerdo a nuestros valores y principios.

No es suficiente tener “un buen trabajo” o estudiar una carrera “prestigiosa” y “rentable” si no sé es feliz con estas decisiones.

Cada día es una obra maestra que nosotros creamos con nuestras acciones y decisiones. Toma la decisión de vivir cada día a plenitud, dando el 100% en todo lo que hagas.

No escatimes el esfuerzo, pasión, energía, amor, elogios, perdón o gratitud que puedas dar hoy, ni sientas que debes guardar una parte para mañana.

Identifica tu norte

¿Cómo logramos identificar nuestro norte? Podemos comenzar por definir nuestra misión y propósito de vida.

Nuestra misión de vida es el eje central que guía nuestras decisiones, nos ayuda a sentar metas y nos sirve para asignar prioridades. Si no tenemos claridad al respecto pueden suscitarse conflictos entre nuestras metas.

Alfred Nobel dedico toda su vida al perfeccionamiento de explosivos para usos pacíficos, trabajo que lo llevó a la invención de la dinamita. Sin embargo, cada uno de los explosivos que Nobel descubriera y fabricara, eran llevado al uso bélico. Incluso la prensa lo llegó a acusar de traficar con la guerra.

Lo cierto era que Alfred Nobel odiaba la guerra y el infortunado uso que le daban a su invención. Estos hechos lo hicieron reflexionar acerca de sus logros, y su verdadero propósito de vida.

Quería borrar esa imagen que se tenía de él como traficante de guerra por una de promotor de paz. Lo que lo llevó a concebir la idea de un premio pro-paz, que ahora conocemos como premio Nobel.

Detente un momento y asegúrate que los pasos que estás dando se conducen a donde deseas llegar. Escribe una o dos frases que representen lo mejor posible lo que deseas lograr en tu vida. Hazlo en términos simples, asegurándote que representa lo que en verdad crees y por lo que estás dispuesto a dar tu vida.

Los sueños son el combustible de la acción enfocada

Walt Disney solía decir:

“Todo empieza con un sueño, suéñalo y podrás lograrlo”.

Walt Disney

Una frase tan sencilla que implica dos cosas:

  1. Para llegar a algún lugar debemos ser soñadores.
  2. Como seres humanos podemos hacer hasta las cosas que parecen imposibles.

Los soñadores han sido los protagonistas de la historia de la humanidad. Aquellos hombres y mujeres que creyeron en lo que otros llamaron imposible. Ellos se atrevieron a llegar hasta donde otros no y a dar todo de sí.

Visualizar los sueños con exactitud fue el secreto de grandes personajes como Walt Disney, Leonardo da Vinci, Thomas Edison, Bill Gates, entre otros.

Entonces, haz una lista de todo aquello que deseas lograr a corto y largo plazo. ¿Qué te atreverías a intentar si supieras que es imposible fracasar?

El horizonte del tiempo

El verdadero valor de la acción enfocada se encuentra en el largo plazo. Es decir, en la visualización de nuestro futuro, entendiendo los sucesos distantes como los más importantes.

El escritor Edward Banfield concluyo que el único indicador confiable para predecir el progreso de un individuo era el “horizonte del tiempo”, es decir, la antelación con la que las personas planeaban su futuro.

En este sentido se encontró que persona de niveles socioeconómicos altos planeaban a largo plazo, incluso con décadas de antelación.

Las personas de clase media, por su parte, tienen una visión del futuro más corta, por lo que sus metas y objetivos no se proyectan a más de unos cuantos meses.

Las personas de estratos socioeconómicos más bajos tienen una proyección más corta todavía. Viven de semana en semana y sobreviven día tras día. Es decir, que entre más baja se encuentren en la escala social, las personas tienen una visión de tiempo a más corto plazo.

Entonces, ¿cuál es tu horizonte de tiempo? ¿Con cuánta anticipación planeas tu futuro?

El principio de la proactividad

La proactividad es la capacidad de analizar las circunstancias, anticiparse a ellas y transformarlas, ir un paso delante de las situaciones que se escapan de nuestro control. Tiene que ver con las acciones que realizamos en pro del desarrollo de nuestras metas y propósitos.

Valores como la responsabilidad, la prevención, la resolución y la búsqueda de soluciones son elementos indispensables de la proactividad, que a su vez es un causante del éxito que perseguimos.

La actitud proactiva es un común denominador de las personas de éxito, por ello debemos desarrollar y aplicarla en los diferentes aspectos de nuestra vida.

Entonces, identifica aquellas áreas de tu vida en las cuales no estás siendo lo suficientemente proactivo y analiza que decisiones vas a tomar hoy mismo para remediar dicha situación.

Metas borrosas producen resultados borrosos

La persona que no tiene metas claras, nunca sabe a ciencia cierta si está caminando en la dirección correcta. ¿Cómo evitar que tus metas se queden en ideas borrosas?

Aquí hay 4 pasos que te permitirán lograrlo y te pondrán nuevamente en control de tu vida:

  1. Haz una lista de tus sueños, metas y aspiraciones.
  2. Establezca un orden de prioridad en las metas, de las más a la menos importante.
  3. Asígnale una fecha concreta para su cumplimiento.
  4. Identifica el “porqué” y el “cómo” de cada una de tus metas.

¿Por qué deseas lograr los sueños que persigues?

¿Qué te mueve a querer alcanzar tus metas? ¿Qué te ha llevado a imponerte un patrón de conducta y vivir de acuerdo con dicho patrón?

La trampa del trabajo duro

El mito del trabajo duro es creer que el éxito es el premio al trabajo intenso y que lo importante es la actividad. Sin embargo, el secreto no es trabajar duramente, sino trabajar inteligentemente. Es asegurarnos que haya coherencia entre lo que hacemos y lo que deseamos.

¿Cómo logras esta correspondencia?

  • Identifica tu norte, el lugar hacia el cual te diriges y la persona que quiere llegar a ser.
  • Examina tu realidad actual, es decir, las acciones que realizaste el día de ayer en relación con tus objetivos y metas.
  • Determina la correspondencia entre las acciones que realizaste ayer y tus metas poniendo una marca frente a cada actividad.

De esta manera sabrás si lo que estás haciendo en realidad te conduce a donde realmente quieres llegar.

Recuerda que tu vida es la sumatoria de todas las decisiones que tomas cada día. Para triunfar no es suficiente desear el éxito, es vital que nuestras acciones sean consistentes con las metas y los objetivos que deseamos alcanzar.

La diferencia entre lo “urgente” y lo “importante”

Lo importante es todo aquello que nos lleva a nuestros sueños. Lo importante influye de forma significativa en nuestra vida. Lo urgente es lo que exige de nosotros atención inmediata y no necesariamente llega a ser importante.

Debemos evitar utilizar todo el tiempo en asuntos urgentes dejando de lado lo importante y centrar nuestras acciones en aquello que contribuye a nuestras metas.

Las actividades en las que caemos cada día se clasifican de la siguiente manera:

  • Trivialidades: que abarca las actividades en las que desperdiciamos nuestro tiempo. Por ejemplo, redes sociales, televisión, videojuegos entre otras.
  • Urgencias: las actividades a las cuales debemos prestar atención instantánea. Generalmente no están asociadas con nuestras prioridades.
  • Prioridades: son las actividades de gran importancia como las metas. A estas actividades debemos prestar mayor atención.

Identifica aquellas actividades que, a pesar de su gran importancia para tu éxito, no las realizas con la frecuencia que debieras, y comienza ya mismo a hacerlas parte de tu vida diaria.

De lo importante a lo prioritario

Las acciones que cada persona realiza y los valores que tienen, evidencian los asuntos importantes de su vida. El factor X consiste en asegurar que nuestras acciones diarias reflejen nuestras prioridades.

Benjamín Franklin expreso una filosofía de vida para el cumplimiento de los sueños:

  1. Identifica los diferentes valores que gobiernan tu vida.
  2. Ordena los valores de acuerdo a su prioridad.
  3. Escribe lo que cada uno de estos valores representa para ti.

Tener coherencia entre los valores, acciones y metas nos conducirá al éxito. Por ello se hace necesario conocer con exactitud los principios que regirán nuestra vida.

La regla del 80/20

La regla 80/20 fue presentada por el economista italiano Wilfredo Pareto, quien planteó que el 80% de la riqueza estaba en manos del 20% de la población y que el 80% de la población tenía el 20% de la riqueza.

Esta tesis fue aplicada también a las diversas áreas del ser humano. Llegando a llamársele como la regla de las pocas cosas vitales versus las muchas cosas triviales.

El 20% de las actividades que realizamos a diario genera el 80% de resultados. Y el 80% de las actividades tan solo generan el 20% de los resultados.

Entonces, es indispensable enfocar todo el esfuerzo en ese 20% de actividades más importantes. De esta manera encontramos el factor X en las acciones que producen mayores resultados en la consecución de nuestras metas.

Es de vital importancia trabajar primero en las acciones que equivalen al 20% proactivo y después prestar atención al 80% de las actividades menos importantes.

¿Cómo poner en practica esta extraordinaria regla?

Hay dos decisiones que podemos tomar en este momento:

  • Podemos hacer más aquellas cosas que agregan valor a nuestras vidas.
  • Y podemos hacer menos, o eliminar por completo, aquellas actividades que agregan poco valor y nos alejan de nuestras metas.

Eficiencia versus efectividad

La eficiencia es la facultad para “hacer las cosas bien” y la efectividad es la capacidad de lograr los resultados que se pretenden a través de nuestras acciones. Estos 2 conceptos, su combinación y aplicación son importantes en la consecución de las metas y propósitos.

No basta con hacer las cosas bien o con obtener resultados, tanto el fin como la forma de llevar a cabo una acción son trascendentales y definen mucho de nuestros triunfos. El autor nos dice que es necesario optimizar tanto la eficiencia como la efectividad y esto lo logramos dando todo de nosotros en cada acción.

Así que desarrolla la costumbre de preguntarte: “¿Es esta acción que estoy realizando, o que estoy a punto de hacer, importante para mi éxito?”

Enfócate en tus fortalezas, no en tus debilidades

Aquello en lo que te enfocas tiende a expandirse en tu vida: si te enfocas en tus debilidades obtendrás resultados negativos. Si, por el contrario, te enfocas en las cosas positivas los resultados serán óptimos para alcanzar sus metas.

Camilo Cruz nos invita a decidir en qué queremos enfocar nuestra atención. Si en el éxito o en el fracaso.

En El factor X aprendemos que el éxito depende en gran medida de ver las cosas, no como con, sino como pueden llegar a ser, y en trabajar para llegar a dónde nos proponemos. Por esto es importante enfocarse en las fortalezas y convertir las debilidades en puntos positivos para nuestra vida.

Caminar por la vida con este tipo de filosofía ha permitido que millones de personas de éxito, programen en sus mentes la mentalidad correcta, una mentalidad de triunfo. Han sido capaces de concentrarte en lo negativo a descubrir los aspectos positivos de sus vidas.

Así que comienza cada día haciendo un recuento de las habilidades y talentos que existen dentro de ti.

Poniendo orden a tu día

¿Son el orden y la organización absolutamente necesarios para triunfar en la vida? ¡Absolutamente no! De hecho, algunos de los más famosos logros han sido el resultado del desorden.

En el libro El factor X se nos habla de Charles Goodyear, y cómo accidentalmente descubrió el proceso para crear el caucho vulcanizado. Mientras trabajaba con una mezcla de caucho y azufre, Goodyear dejó involuntariamente su mezcla en una estufa caliente. En lugar de fundirse, el caucho se convirtió en algo parecido al cuero.

Esta no es una invitación no ser desordenados, es una a utilizar la organización en pro de nuestras metas. Eso sí, no necesitamos convertirla en algo extremo o paranoico, sino enfocándola siempre a nuestros triunfos.

Darle orden a nuestro día es necesario para saber a cuáles actividades darles prioridad y a cuáles no. La lista de cosas por hacer es una buena manera de ordenar el día, siempre y cuando sepamos con exactitud cuáles son las metas que perseguimos.

Debemos asegurarnos que haya más actividades de las que nos creemos capaces de hacer, para tener el reto de realizarlas a cabalidad.

¿Cómo organizar tu lista?

  1. Compara tu tiempo de mayor creatividad con el tiempo de mayor efectividad.
  2. Asigna la prioridad adecuada a cada actividad.
  3. Mantén la lista de actividad siempre contigo.

Es importante planear las actividades de cada día desde la noche anterior para mentalizarse en la realización de lo que se pretende y también para comenzar la jornada con un conocimiento exacto de que hacer y cómo hacerlo.

Actividad versus resultados

La acción es importante, pero a veces suele cometerse el error de actuar sin pensar. Estar ocupados no necesariamente es sinónimo de estar siendo productivo. De ahí el reto de los triunfadores de hacer actividades de alto impacto que lleven al resultado esperado.

Es importante valorar mucho más los resultados que las acciones. El valor de el factor X surge de tener total claridad sobre los objetivos que se persiguen y de actuar de manera decidida y constante en el logro de los resultados. De ahí la necesidad de examinar si las acciones que realizamos son acordes a nuestros planes de vida.

Para triunfar en el juego de la vida no es suficiente participar en él, tiene que estar comprometido con su misión, metas y decisiones. La vida solo proporcionar gran recompensa a cambio de grandes compromisos.

El exceso de análisis produce parálisis

Cuando pensamos y repensamos mucho en una idea o un sueño, generalmente no actuamos, y esto provoca que encontremos aspectos desagradables que pueden limitarnos a realizar las acciones necesarias.

Es importante “echar a rodar los planes” sin pensar excesivamente las cosas. Los grandes triunfadores aceptan los riesgos. La inmediatez con la que se ejerzan las acciones distingue al ganador del perdedor.

Las metas exigen tomar decisiones, riesgos y asimilar las consecuencias positivas y negativas que estas traigan. No obstante, el hecho de que una meta exista no quiere decir que se cumplirá. Las metas se hacen realidad cuando se establecen actividades puntuales que permitan comenzar a trabajar en ellas día a día.

Mantente firme en tus decisiones y no permitas que nada, ni nadie te detenga hasta no haber lograr los objetivos que buscas.

Conclusión

En pocas palabras, El factor X: el poder de la acción enfocada de Camilo Cruz nos enseña que el éxito no radica en la cantidad de actividades que realizamos o en lo mucho que soñamos, sino en la capacidad de enfocar nuestras acciones de manera precisa y persistente hacia nuestras metas claras y definidas.

La acción enfocada, acompañada de una buena gestión del tiempo, la proactividad y una visión clara del futuro, es el ingrediente clave para transformar sueños en realidad y lograr una vida de éxito y satisfacción.

Así, el libro invita a identificar nuestras prioridades, trabajar inteligentemente y mantener una mentalidad positiva y comprometida con nuestras metas, evitando caer en la trampa del trabajo duro sin dirección o el exceso de análisis que nos paraliza.

Sobre el autor del libro

El Dr. Camilo Cruz, autor galardonado de más de treinta obras, posee un doctorado en Ciencia de la Universidad de Seton Hall y es graduado del programa en Responsabilidad Corporativa de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard.

Se ha desempeñado como catedrático en varias universidades en los Estados Unidos. Entre sus obras se destacan La vaca, La ley de la atracción y Los genios no nace… se hacen, best-sellers internacionales con más de tres millones de lectores alrededor del mundo, en los quince idiomas a los cuales han sido traducidas.

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